Pinturas de guerra, el arte de contar la historia a través de un cuadro

Provocan caos, muerte y muchísima destrucción, pero son también un paradigma innegable de cambio. Las guerras han marcado los puntos más importantes de la historia del planeta, y prácticamente todos los países y naciones se han visto involucrados en alguna, de modo que no es extraña entender que hayan formado también parte importante dentro de cada cultura y cada civilización. Y así es como también han llegado al arte, para glorificar las victorias de un bando u otro, para reflejar la crueldad y el horror que un conflicto de este tipo supone. Los cuadres sobre guerras y batallas se han convertido, en muchos casos, en las mejores representaciones de cualquier conflicto de este tipo, sobre todo los más antiguos, donde evidentemente no había otra manera de retratar la situación salvo esa.

Las pinturas y cuadros bélicos han supuesto un género en sí mismo dentro del arte, y nos ha dejado auténticas joyas que han pasado a la posteridad como obras maestras. De Picasso a Goya, pasando por los expresionistas y surrealistas del siglo XX o el propio Munch, muchos han sido los artistas que se han inspirado, para bien o para mal, en un conflicto bélico a la hora de plasmar la desesperación o la gloria, la crueldad o el honor, en unos cuadros que normalmente acaban en museos y colecciones privadas. Como ocurre también con los libros de Historia, no todo lo que se cuenta en estos cuadros tiene por qué ser real o haber ocurrido tal y como aquí aparece, pero sí que son un prisma al menos curioso y diferente de ver la Historia.

El arte de plasmar batallas en una pintura

No son, desde luego, cuadros fáciles de realizar, por el nivel de detalle que suelen requerir. En la mayoría de los casos, este tipo de pinturas se crean con un estilo hiperrealista, y suponen una expresión oscura, pero también gloriosa, de todo lo que se mueve en una guerra. Si estamos en un bando que está luchando por liberar al pueblo de un invasor, por supuesto que buscaremos la manera de pintar a nuestros soldados como heroicos hombres que luchan en pos de la libertad. Pero si estamos en el bando contrario, la propia gloria del combate nos sirve para ensalzar las cualidades de los soldados que vamos a pintar. Aparecen también animales, sobre todo caballos, y los paisajes se tornan oscuros y semidestruidos, por los estragos que la batalla está causando.

 

Francisco de Goya y el 3 de mayo en Madrid

Goya ha sido sin duda uno de los genios más preeminentes del arte español, capaz de retratar con sumo acierto y fidelidad la realidad de su país en  una época tremendamente convulsa. Desde sus exquisitos Caprichos a las imponentes Pinturas Negras que dejó en su último hogar, Goya quiso transmitir todo lo que era ser español en aquel momento, para lo malo, pero también para lo bueno. El artista supo retratar el valor de los madrileños ante la invasión francesa en 1812, con el cuadro Los Fusilamientos del 3 de mayo, en el que se veían a los valientes españoles pelear contra el ejército galo que iba camino de apoderarse de toda la Península. El cuadro se ha convertido en una de las obras más importantes de ese periodo en toda Europa, reflejando a la perfección la desesperación y muerte que la guerra siempre lleva consigo.

 

El Guernica de Picasso

Exiliado en Francia por culpa del golpe de Estado que había dado  Franco en 1936, Pablo Picasso permanecía siempre expectante ante cualquier noticia que llegara de España. En honor a su país, y como regalo para una Exposición Universal, creó este imponente mural, con forma de collage surrealista, que venía a representar el sufrimiento que la Guerra Civil había llevado al pueblo español. El cuadro se convirtió en todo un icono de aquel conflicto bélico, aunque sus lecturas son muy diversas. De hecho, hay quien asegura que Picasso no estaba realmente interesado en lo que ocurría en España, y que solo eligió Gernica como nombre el mismo por su situación, algo complicado de creer teniendo en cuenta todo lo que expresa el lienzo. Hoy en día es uno de los mejores ejemplos del estilo inclasificable del autor malagueño.

 

Los horrores de la guerra de Rubens

El espectacular pintor germánico Rubens creó ya en el siglo XVII un cuadro que recogía a la perfección el desolador aliento que traía la guerra, basándose además en un estilo muy renacentista, con una influencia clara de los mitos romanos. El cuadro, Los Horrores de la Guerra, iba destinado al palacio Pitti, residencia de los Medici en Florencia, así que Rubens escogió a Marte, el dios romano de la guerra, para protagonizar el lienzo. Con el escudo y la espada ensangrentada, Marte avanza amenazando a los pueblos, dejando atrás el templo de Jano, que siempre solía estar cerrado en periodos de paz. La guerra ha comenzado y ahora está devastando las calles con un furor imparable, provocando muerte y destrucción a su paso.

 

La importancia de estos cuadros para el mundo del arte

Está claro que estas pinturas han sido tremendamente importantes para la historia del arte, porque suponen, en muchos casos, el único testimonio pictórico de las batallas de aquella época. El uso de los colores, las formas y la propia manera de expresar la desolación provocada por las guerras convierte a estos cuadros en obras imprescindibles para cualquier amante del arte, y para entender, de hecho, que los artistas se preocupaban por muchos otros asuntos más allá de retratar a la nobleza de la época, o de dibujar hermosos y bucólicos paisajes. La guerra también era un tema importante dentro del arte, y a través de estos cuadros podemos ir comprobándolo a lo largo de todos estos últimos siglos de historia.