Los desnudos como forma de arte

Venimos desnudos al mundo, pero enseguida se nos viste con ropas que no solo nos protegen, sino que nos tapan unas vergüenzas que ni siquiera sabemos, en ese momento, que tenemos. La utilidad de los ropajes está más que demostrada desde hace milenios, cuando el ser humano entendió que no era buena idea ir con la piel al aire en todo momento. Perdida en nuestra especie esa espesa capa de vello que nos protegía, como a tantos otros animales, debíamos buscar una alternativa para salvaguardarnos de los daños y las inclemencias del tiempo. A través de la confección de diferentes prendas, primero muy básicas y luego mucho más complejas, el ser humano ha convertido eso de vestirse en toda una seña de identidad. La moda de hoy en día es la prueba perfecta de cómo la mente creativa del ser humano canaliza las necesidades hasta convertirlas en algo mucho más especial. La ropa no es solo algo útil y práctico. Es un símbolo de estatus, de elegancia, de afirmación de nuestra propia personalidad. Pero el desnudo, aunque de manera velada, sigue presente en nuestro día a día, en nuestra sociedad.

En muchas películas y series, también en la literatura o en las obras de arte, en las fotografías de las revistas… El desnudo ahora ha tomado un matiz más “artístico”, que en muchas ocasiones solo esconde las intenciones morbosas de quien lo expone, sin la presión de quedar como alguien lascivo. El desnudo, de hecho, no tiene por qué estar relacionado forzosamente con lo sexual. Las personas que practican el naturismo disfrutan de esa desnudez por pura libertad, y se han acostumbrado a despojar de morbosidad la presencia de cuerpos desnudos. El arte también ha ayudado muchísimo en ese sentido, ya desde las primeras representaciones que encontramos en civilizaciones antiguas. Porque el desnudo ha sido un símbolo de libertad, de pureza, en muchas de esas culturas que luego han servido como base a la nuestra. El cuerpo desnudo también tiene algo de artístico, por propia naturaleza, y son muchos los autores que lo han aprovechado para utilizarlo como protagonista de sus obras. En este artículo vamos a ahondar en esa búsqueda de la belleza a través del cuerpo desnudo.  

Una exploración del cuerpo humano

El arte es, por definición, la búsqueda de algo bello y hermoso en el mundo. La representación de dicha belleza, a través de la música, la literatura, la danza o la pintura, medios con los que podertransmitir emociones a aquellos que ven la obra. Desde ese entendimiento básico de lo que es el arte, la pintura ha sido sin lugar a dudas uno de los más importantes en toda la Historia, al ser el primero y también, durante muchos siglos, uno de los pocos en destacar. La representación del cuerpo humano en la pintura era algo habitual desde los orígenes del arte, y no hay cuerpo más natural que uno desnudo, por lo que al final, los dibujos de personas sin ropa se volvieron un género en sí mismos.

Estas representaciones, primero en piedra y murales, más tarde en lienzos, eran habituales en la Antigua Grecia. En esta civilización se dieron muchísimos adelantos no solo artísticos, sino también médicos y científicos. El ser humano comenzaba a explorarse como especie autoconsciente, en lo moral, en lo mental y también en lo físico. Se encontraba belleza en los cuerpos hermosos, apolíneos, simétricos… Se empiezan a crear ciertos cánones que llegan incluso hasta el día de hoy en algunos casos. Las representaciones de atletas, deportistas y actores eran las principales dentro del arte de denudo en la época, que siguió desarrollándose, aunque en menor medida, en el Imperio Romano.  

Sensualidad y elegancia

Con la llegada de la religión cristiana y su moral, el desnudo dejó de tener tan buena prensa y pasó a ser algo mucho menos habitual. A pesar de ser la forma en la que venimos al mundo, la más natural de presentarse, el cuerpo desnudo incitaba a la lujuria, y eso era un gran pecado. La religión se convirtió en la acaparadora prácticamente completa de todo el arte que existía, y eso provocó que durante siglos, los desnudos quedaran prohibidos, salvo en ciertas obras muy concretas. Los autores, por ejemplo, hacían referencia a obras clásicas para poder representar los cuerpos desnudos en sus cuadros. Se buscaba no ya el deseo, sino la elegancia, pero la sensualidad quedaba inherente.

Con el paso de los siglos, la apertura del arte se hizo más patente, y el desnudo volvió a tener una gran importancia en muchas obras de artistas reconocidos. Ya en el siglo XIX se ve como la nueva ola de vanguardias apuesta por el rupturismo, e incluso en algunos casos, por la propia polémica, realizando obras llamativas y muy sexuales. Los pintores franceses de finales de siglo dibujan a las mujeres libertinas sin ropa, y desde aquel momento, la desnudez se vuelve mucho más habitual en las obras pictóricas. Ahora con un nuevo tono alegórico de libertad, de sexualidad explícita, como muestra del camino que el mundo está a punto de tomar en el siglo XX. En las escuelas de arte se dan clases de desnudo artístico, porque es una de las mejores maneras de conocer a fondo el cuerpo humano y aprender a dibujarlo.  

Los desnudos más famosos de la pintura

A lo largo de estos últimos siglos han sido innumerables los artistas que han dibujado cuerpos desnudos en sus obras. Algunos de forma muy sutil, y en contextos totalmente naturalistas. Otros, buscando lo explícito y lo ardiente, a través de lo sexual. Uno de los más insignes y elegantes desnudos de la historia es el Nacimiento de Venus, de Boticelli, un cuadro absolutamente indispensable para entender la historia del desnudo en el arte. Adán y Eva, de Alberto Durero, supuso también un gran paso en la concepción del desnudo artístico. El hombre de Viturbio, del legendario Leonardo Da Vinci, no deja de ser un desnudo frontal y completo de un cuerpo humano, en este caso masculino. El impactante cuadro de Rubens Las Tres Gracias también es un ejemplo perfecto de cómo el nudismo evolucionaba en el arte.

El pintor español Diego de Velázquez dejó grandes obras para el movimiento Barroco, y una de ellas es especialmente importante por su desnudo. Hablamos de La Venus en el Espejo. Tampoco podemos dejar pasar la oportunidad de nombrar La Maja Desnuda, uno de los cuadros más populares de Francisco de Goya, ya a finales del siglo XVIII. Entrando ya en el pasado siglo XX destacaremos a Pablo Picasso, con Las Señoritas de Avignon, donde representaba a cinco prostitutas de una populosa calle de Barcelona. Los cuerpos desnudos del colombiano Fernando Botero también han sido toda una referencia pictórica en las últimas décadas, como en el cuadro Mujer Desnuda. Encontramos numerosos ejemplos ya en el siglo XXI de este tipo de desnudos, habiéndose convertido esta temática en algo más natural y habitual ya en las otras artes.